jueves, 31 de marzo de 2011

PRÁCTICA 4 - ESCRITURA CONSTRUCTIVA


El conocimiento del lenguaje escrito no es adquirido por el niño de un día para otro, sino que está dentro de un proceso complejo y prolongado en el tiempo. Y en este sentido, el aprendizaje que el niño ha de hacer para llegar a poseer dicho conocimiento es doble. Por una parte, ha de acceder al código de la escritura. Por otra, ha de acceder al lenguaje escrito como conjunto de los distintos géneros textuales, es decir, como conjunto de las diferentes formas de expresión que podemos encontrar en los textos escritos (instrucciones, cartas, narraciones, etc.). Por ello, los niños son capaces de reconocer, por ejemplo, las diferencias entre una noticia periodística y una carta o un cuento antes de saber hacer letras o de saber leerlas.

En una investigación sobre las producciones escritas de niños entre cuatro y siete años, E. Ferreiro y A. Teberosky estudiaron cómo el niño construye sus propios conocimientos sobre la escritura. Describieron la existencia de determinadas fases en el aprendizaje de la escritura:

- La primera fase se corresponde con el período en el que los niños diferencian ya la escritura del dibujo.

- En la segunda fase, las producciones escritas están reguladas por determinadas hipótesis que los niños manejan: linealidad, unión y discontinuidad, número mínimo de letras, variedad interna entre las mismas... Es la fase de la escritura diferenciada.

- En la tercera, la fase silábica, los niños identifican la sílaba, pero ésta suele ser representada mediante una sola letra.

- En la cuarta fase, la silábico-alfabética, los niños se dan cuenta de la existencia de correspondencias intrasilábicas, pero en sus producciones el número de letras es inferior al número de consonantes y vocales de la palabra, porque algunas letras quedan sin reflejar.

- En la quinta fase, los niños reconocen una correspondencia alfabética exhaustiva: a cada consonante y vocal de la palabra corresponde una letra, pero sin una escritura correcta y sin tener en cuenta reglas ortográficas.

Analizando las imágenes dadas en clase diferenciamos varios tipos:




Estos dibujos son de educación infantil, pero aún así hay dos etapas, ya que hay varias palabras escritas y no todas son iguales.
Aparece tanto la fase silábica ("uo" para referirse a buzón o "ao" para escribir camión), como la fase alfabética (donde los niños han representado perfectamente su nombre, ya que es lo primero que suelen aprender a escribir).

Para un adulto un trazo es una imagen visual abstracta y el resultado del deslizamiento de un lápiz, bolígrafo, pluma… sobre una superficie que lo registra y lo hace visible. Pero para el niño/a, un trazo es una vivencia y, como tal, una relación con el mundo, una relación con los demás.

La motivación por escribir se despierta cuando aprenden a escribir palabras que les resultan cercanas y que tienen para ellos un significado especial, como escribir su nombre, como ya hemos dicho anteriormente, o el de algún familiar. Por eso siempre tiene que haber un interés por el contenido de aquello que escriben.

Pero para aprender a escribir de forma correcta, el niño/a debe contar con la necesaria madurez para la escritura. Como todo aprendizaje, la enseñanza de la escritura requiere una maduración neurobiológica previa en el niño/a para lograr que dicho aprendizaje tenga éxito. La madurez para el aprendizaje de la escritura viene definida por las siguientes condiciones:

- Adecuado nivel intelectual.
- Desarrollo del lenguaje satisfactorio. Existe una estrecha relación entre el lenguaje oral y el escrito.
- Normal desarrollo socio-afectivo.
- Desarrollo sensorio-motriz apropiado. Refiriéndonos a las condiciones neuro-motrices como: correcta integración visual y auditiva, adecuada estructuración espacial y rítmica-temporal, establecimiento suficiente del predominio lateral, motricidad manual con control de movimientos, etc.

Por todo esto, los niños aprenden a escribir a al rededor de los seis años, cuando ya se han dado todos esos factores madurativos para el aprendizaje.

Aún así, se distinguen también tres etapas:

- Fase precaligráfica: a los 5-6 años los alumnos/as tienden a escribir muy despacio, letra a letra, mirando a menudo el modelo. Entre los 6-7 años es la etapa de la transcripción de la palabra dictada o de las suyas propias.

- Fase caligráfica: a partir de los 9 años los niños/as escriben fácilmente en situación de dictado. En esta fase el problema que se plantea es la ortografía, que todavía es insegura, aún sin tener dificultades motrices. El objetivo en esta fase es automatizar la escritura conociendo las reglas ortográficas y regularizando los trazos.

- Fase postcaligráfica: a los 11-12 años la escritura está casi automatizada y la progresión es regular y organizada. El alumno/a busca el modo de unir más y mejor, lo que tiende a modificar la forma de las letras. En esta fase los comentarios de textos escritos serán actividades fundamentales.

Relacionando esto con los ejemplos de clase llegamos a la siguiente conclusión:




Este dibujo pertenece a la etapa precaligráfica, por todo lo comentado anteriormente.




Esta carta, hecha por dos niños de primaria, pertenece a la última etapa: la postcaligráfica, por lo expuesto previamente.

1 comentario:

  1. La escritura es uno de los procesos mas importante de aprendizaje y como comentais en la practica se produce de forma constructiva, por eso es importante saber comprender y analizar dicho proceso y sus fases, pues de este modo podremos facilitar y trabajar su proceso. Bien hecho.
    Saludos
    SARA

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